6/7/09



Pero tarde o temprano llega el día donde la crisis tiene la evidencia de una estría. Y no queda otra, hay que aceptarla.
Se puede negar la crisis un día, un mes, un año, pero llega ese día en que la crisis te explota en la cara. Atravesar la crisis es como pasar el pelo por agua oxigenada, te aclara el pelo de raíz. Llega la crisis. Uno cree que es el final, que se termina todo, pero en realidad ahí empieza todo. Atravesar una crisis es como pasar por un buen cirujano plástico, sos la misma pero distinta. Dan miedo las crisis… Uno le teme a lo desconocido, casi como a un mal peluquero. En chino, en japonés, en coreano, en tailandés, bueno, en algún idioma oriental, crisis significa oportunidad. Las crisis son como los años, te sorprenden y no te queda otra, hay que decidirse a llevarlos. Las crisis es un viaje de ida, pero también, puede ser un viaje de vuelta…
Lo bueno de caerse chiquita, es que sirve para levantarse.


El tiempo pasa, incluso aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de la manecilla del reloj duela como el latido de la sangre al palpitar detrás del cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasar pasa. Incluso para mí.


Nos preocupa mucho el futuro, vivimos pensando en el futuro... en el porvenir.
Creemos que todo lo importante está por pasar en algún momento del futuro.
Pensamos mucho en lo que hacemos, dudamos porque tenemos miedo de arruinarnos el futuro con las decisiones del presente, pero… ¿qué es el futuro?


No hay comentarios: