7/9/09



Porque no supiste entender a mi corazón lo que había en él, porque no tuviste el valor de ver quién soy. Porque no escuchas lo que está tan cerca de ti, sólo el ruido de afuera y yo que estoy a un lado desaparezco para ti.
No voy a llorar y decir que no merezco ésto, porque es probable que lo merezca, pero no lo quiero y por eso me voy.
¡Qué lástima, pero adiós! Me despido de ti y me voy.
Porque sé que me espera algo mejor, alguien que sepa darme amor, de ese que endulsa la sal y hace que salga el sol. Yo que pensé que nunca me iría de ti, que es amor del bueno, de toda la vida; pero hoy entendí que no es suficiente para los dos.





Cuando dejas de pelearla te morís, te caes, te vas. Lo que te mantiene vivo no es ganar, sino pelear. La pelea perdida, es la que no peleaste. Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. No está muerto quien pelea. Tal vez te cruzaron un cross de derecha, te hicieron besar la lona, sangrar, llorar, pero hay que seguir peleándola, hasta el final. La única forma de aprender a pelear, es peleando, es no rendirse jamás. Rendirse es mirar la pelea desde afuera, ver como otro pelea esa pelea que es nuestra. Pelearla hasta el final, pelearla hasta el último round.






Cuando lo intentas todo pero no tienes éxito. Cuando obtienes lo que quieres, pero no lo que necesitas. Cuando te sientes tan cansado pero no puedes dormir. Atascado en marcha atrás.
Cuando las lágrimas caen por tu rostro. Cuando pierdes algo que no puedes reemplazar. Cuando amas a alguien pero se desperdicia. ¿Podría ser peor?